Cada dia me asombra más por donde pueden estallar las situaciones más cotidianas. Y luego tienes que escuchar a muchos decir que las películas de Almodovar son surrealistas.Opino que simplemente la vida es asi de imprevisible y caótica en ocasiones, pero visto desde fuera, siempre queda más escandaloso.
Sin ir mas lejos hace unos dias, en una de las entrevistas que estoy haciendo para encontrar compañero de piso, apareció uno de los llamados "bakalas", de estos que sufren el sindorme de Joselito, es decir que tienen cuarenta y piensan que tienen quince, pero es que además los representan a la perfección. La cuestión es que debido a la urgencia por encontrar compañero y a quen la verdadn el chico, dentro de lo que cabe, parecia majo, decidí echar abajo mis prejuicios y reprimir esas ganas que tenemos muchos "Marilones" de devolver la pelota a todos los fachas que se han metido con nosotros practicamente desde el parvulario y le emplacé para una cita, ya con mis compañeros de piso, más tarde.
La cuestión es que en la cita con mis compañeros, despues de conocerle habia que hablar, logicamente, entre nosotros para ver si era lo que buscabamos o no. Asi que utilizamos la táctica de "Tenemos citado a un chico más y te llamamos como en media hora con lo que decidamos". Y el tipo se levanta, y en lugar de irse,empieza a despotricar contra nosotros diciendo que estamos jugando con sus sentimientos y que eso no se hace, que si nos ha gustado no tendriamos que ver a mas gente y seguidamente, por todos los medios, intenta colocarse cada vez más patéticamente en el piso. Lo único que consiguió es que le tomasemos por loco y que nos viniera a la cabeza coger un tasher o un spray de pimienta (todo ilegal, por cierto) o llamar a la policia ya que pasó media hora y el no se iba .
Finalmente la opción mas eficaz fue pasar de el, simplemente le dije que no le quería escuchar más y que me iba a hacer mis cosas y que si cuando volviera seguía ahí llamaroi a la policia, por que a pesar del susto (razonable) que nos llevamos, lo más desagradable fue escuchar a un mal amamantado, que con treinta años acaba de salir de su cuarto con olor a pajote con 3.000 euros en el banco mínimo (por que los feos sin estudios ahorran mucho, aunque se droguen) y un coche , hablandome de la vida y de lo que es el sufrimiento de buscar un piso. Cosa que me dió bastante risa y que algun dia entendereis si os cuento y leeis mis primeras experiencias universitarias.
Tres cuartos de hora de los más pesados de mi vida, y eso que he visto documentales sobre la revolución industrial y la vida de Chruchill, intentando ser comprensivos y conciliadores, y lo único que conseguimos fue que un ignorante se fuera con la idea de que habia calado a unos universitariosn pero sin un alojamiento, que deseaba fervientemente, y al que estuvo a punto de acceder de no ser por el tremendo espectáculo que organizó.
Esto me enseñó varias cosas. Por un lado ahora me doy cuenta de que nunca se sabe lo cerca que puedes estar de conseguir algo que quieres antes de cagarla. Tambien me he concienciado de que nunca sabes como va a actuar una persona, por mucho que intentes planear sus acciones. Y por último me he dado cuenta de lo agradable que puede resultar hechar a alguien de tu casa con la palabra en la boca. A ver si le cojo el gustillo y me da por echar a todo el mundo. Espero que no
2 comentarios:
Ja, que fuerte la anécdota... Creo que me va a gustar mucho leerte.
seguidora!
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